miércoles, abril 28, 2010

Ki Musubi No Tachi

Las tecnicas de sable son a mi parecer el costado mas oscuro de Aikido, son las raices mismas de cada tecnica, de cada movimiento y lo mas importante: de cada principio. Pero lo que siento es que estas raices se han ido puliendo y modernizando a los tiempos que corren para dar lugar a Aikido. Cuando practico con Ken me conecto con ese costado oscuro, la brutalidad del golpe con la suavidad del corte, una herida que de tan aguda se vuelve imperceptible. Me siento un poco parte de esos guerreros que las probaron en batalla.
Esto me ha pasado en mayor medida en la clase de ayer practicando Ki Musubi No Tachi, donde pude comprender la diferencia entre el 6to Ken Awaze y Ki Musubi No Tachi, era algo pendiente que tenia una pregunta que me rondaba la cabeza: porque existen sin son tan parecidos? la respuesta es que no son parecidos en absoluto, si bien tienen movimientos en comun, el fin de cada uno de ellos es completamente diferente.
Adicionalmente quiero comentar algo que me pasa desde que inicie mi practica de Aikido alla por 2004 (si no me falla la memoria): siempre que se me plantean dudas sobre la tecnica o la practica, el Sensei hace referencia a ello en alguna clase. Siempre ocurre esto, eso me ha llevado a saber esperar la respuesta mas que a buscarla y me hace sentir muy "awaze" con el dojo y el sensei.
Domo arigatou gazaimasu.

lunes, abril 19, 2010

Clase Abierta de Aikido 2009 (1/3)



Se vienen la 2da y 3ra parte...

martes, abril 13, 2010

Cuando viene un visitante

Cada vez que alguien visita nuestro Dojo con intensiones de practicar Aikido, es una alegría muy grande para mi, y creo que para el resto de los integrantes también; porque es alguien que esta dispuesto a abrir una puerta y ver que hay detrás, un potencial practicante, uno mas que descubrirá todo lo que Aikido tiene para ofrecer en el plano personal, social, físico, mental, espiritual y una larga lista de bondades que solo conoce quien lo practica. Ahora aqui se plantea el problema, que quien presencia 90 minutos de Aikido comprenda el potencial del arte.
¿Porque digo que es un problema? Zygmunt Bauman (filósofo contemporáneo polaco) define los tiempos actuales como "modernidad líquida" donde todo es efímero e instantáneo, donde hasta las personas sufren una devaluación sistemática e irreversible, donde todo debe ser obtenido rápidamente para luego ser descartado, los objetos de consumo, las personas, amistades, amores y porque no artes marciales.
Aikido viene a chocar con esta realidad puesto que es un arte marcial tradicional, concebida sin el frenesí y la liquidez actuales, donde lo descartable no existía (y no hablo solo de lo material, hoy hasta las emociones son de descarte). En Aikido toma entre unos 8 y 10 años -mínimo- de práctica continua para llegar a cinturón negro (hakama, yudansha, dan o como prefieran), y una vez alcanzado este es sólo un punto de partida, uno esta muy lejos de decir "yo sé Aikido".
Entonces cuando un visitante presencia 20 minutos de una clase y luego se retira, yo se que esa persona, es muy posible que no vuelva al dojo y que ha perdido un oportunidad de descubrir un mundo fascinante, pero lo mas triste fue que se acerco, hizo un esfuerzo, abrió una puerta, observo pero no dejo que la vista se acostumbre a la luz y por tanto se marcha con la misma idea sobre Aikido con la que vino, es decir: ninguna.
He escuchado a Sensei Picciola decir: "para practicar un arte macial, lo primero que hay que tener es paciencia" y es una gran verdad; del mismo modo he escuchado a Raúl decirme en un tono mas coloquial pero no menos acertado: "no existe el delivery de Aikido" y agrego yo: "y ojalá nunca exista".
Además se debe tener en cuenta el respeto hacia el sensei o maestro y hacia el dojo. Cuando un Sensei permite a un visitante presenciar una clase esta abriendo las puertas de su clase y su sabiduría; uno no puede, o no debería parase e irse sin más. Es por lo menos una descortesía a quien nos abre la puerta de su segundo hogar, de su dojo. Debería al menos, presencia una clase entera
Y cuando un sensei nos permite ser parte de su clase él nos está aceptando como alumnos y comprometiéndose a enseñarnos todo lo que sabe y lo que aprenderá en el futuro. De la misma forma nosotros debemos comprometernos a aceptar sus indicaciones y correcciones y asistir a sus clases. No es un contrato escrito, es un contrato tácito, entre alumno y maestro, es un contrato de respeto.
Por todo esto creo que mejor que ver una clase es participar de ella, y si un visitante tiene la suerte de poder apreciar el potencial de un ejercicio, una técnica o un movimiento, entonces quizás encienda un chispa que lo haga volver para que luego de un tiempo de práctica se transforme en una hoguera que ya no pueda extinguir.