lunes, julio 28, 2008

Ukemi, el arte de cuidarse

Aikido es tan extenso, tan basto que es casi imposible prestar atención a cada elemento durante la practica, las posturas, los pies, el hanmi, los codos, la tensión en el Hara, la respiración...
La única forma de aprender es ir enfocándose en cada elemento y asimilando cada una de esas partes para luego intentar ensamblar el Todo, un Todo que como afirma el Holismo, es mucho mas que la sumas de esas partes; un Todo que no es ni mas ni menos que Aikido.
Por estas epocas he centrado mi atención en los Ukemis, las caidas, es la forma que tenemos de cuidarnos. Hay quien dice que hacer un Ukemi es un arte en si mismo, y creo que no esta muy equivocado. Es importante no hacer mucho ruido al caer ya que eso significa que nuestro cuerpo esta golpeando contra el suelo, hay que "pensarse como una pelota" para poder rodar, hay que pegar el mentón contra el pecho para asegurarnos que nuestra cabeza no golpeará el suelo o que nuestro cuello no hará un efecto "látigo". Un error muy común es cruzar las piernas cuando uno cae luego de recibir un Shihonage lo cual es un poco peligroso, especialmente para los hombres . Si se abren las piernas se aumenta la superficie de contacto y esto hace que se absorba mejor el impacto e incluso nos deja en una posición más cómoda para levantarnos rápidamente.
Creo que levantarse también es parte del Ukemi, es parte de la protección.
Hay clases que uno recuerda mas que otras, quizás tiene que ver con el estado de concentración de cada uno. Recuerdo una en particular que tuvimos que mudar el tatami a otro recinto porque se había roto el techo del nuestro y en esa clase practicamos como levantarnos sin exponernos a ser golpeados en el rostro, ahora cada vez que me levanto pienso en ese día, aunque no siempre lo aplico quizás porque estoy prestando atención a otra cosa o simplemente por holgazán :)

Durante las practicas uno realiza tantas caídas, y se levanta tantas veces, pero tantas! que esto se vuelve natural, y lo que nos es natural forma parte de nuestro temple y carácter. Esto no es ni mas ni menos que el legado que nos dejó; que regaló al mundo O´Sensei.

Lo que expreso en estas líneas es solo una impresion personal, no quiere decir que yo lo haga bien, o que esté bien lo que digo, solo intento plasmar lo que veo, siento, escucho e intento hacer en el Dojo, de corazón.

domingo, julio 27, 2008

Aikido, mi camino. Capítulo 1: Creciendo I


Parte 1: Nacido en Kudan

Nací en 1936 en Kudansakaue frente al santuario Yasukuni.
El 26 de febrero de 1936 un grupo de jóvenes oficiales intento un golpe para devolver el poder al emperador. Según cuenta mi padre, como nuestra casa se encontraba en la colina detrás del santuario Yasukumi, ese febrero vivimos aterrorizados por la constante amenaza de los soldados y sus armas mecánicas.

Soy el quinto hijo de una familia de ocho niños. Tenía cinco hermanos y dos hermanas, pero mis dos hermanos mayores murieron jóvenes y el menor murió al finalizar la guerra. Ninguno de nosotros gozaba de buena salud.

Mi padre, Kinshiro Kobayashi, llegó a Tokio después de graduarse en la escuela primaria de la Prefectura Tochigi y abrió una tienda de arroz en Kudan. Había días en que no decía una sola palabra. Realmente no recuerdo que haya estado particularmente ocupado y tampoco tengo malos recuerdos de él. Era un comerciante; todo lo que tenía estaba atado a su negocio de arroz, así que era allí donde el ponía toda su energía. No era un erudito, pero se necesita una mente afilada para sostener un negocio. Cuando yo nací nuestra familia era próspera, así que nos alcanzaba el dinero. Mi padre se encargaba de proveer a la Guardia Imperial, así que estábamos bien económicamente. Todos mis hermanos y hermanas crecimos en un ambiente de riqueza con criadas y niñeras para cada uno. No recuerdo haber sido pobre en mi juventud.

Recuerdo a mi madre como una mujer fuerte y hermosa. Todos en el barrio decían que era la más linda. Era muy trabajadora, debe haber sido por eso que no jugaba mucho con migo. Desafortunadamente cuando yo era alumno de primer año de la secundaria, debido a la falta de higiene de la era posguerra, ella murió de disentería.
Traducido por Nahuel Lombardi