viernes, noviembre 13, 2009

Actividades hasta fin de año


Estas son las actividades del Dojo hasta el fin de año:

21 Noviembre


















5 Diciembre

Seminario


1ra Clase 7:00 hs
2da Clase 8:00 hs

Desayuno

3ra Clase 11 hs
4ta Clase 12:30 hs

Almuerzo

5ta Clase 15:30 hs
6ta Clase 17:00 hs

7ma Cierre del Seminario


19 DICIEMBRE


9:00 hs Examenes Kyu

13:30 a 16:00 hs Clase Cierre de Año

Cena Despedida (lugar a confirmar)

miércoles, noviembre 11, 2009

Suburi

Sensei Picciola suele decir que el aikido es un arte marcial tradicional y un estilo de vida. Para ejemplificarlo hace referencia al ukemi y que este es como la vida: te caes y te levantás, te caes y te levantás, te caes y te levantás. Yo comparto esta visión del aikido y de la vida y quisiera dar otro ejemplo, si cabe.
Cuando uno practica suburi tiene que prestar atención a infinitud de detalles (yo solo mencionaré los que conozco, luego podremos agregar otros): una postura correcta, la espalda derecha, la actitud hacia adelante, la pierna adelantada levemente flexionada, la vista al frente (al lugar donde estaría el oponente), el cuerpo relajado, las manos firmes; cuando se realiza el suburi, hay que levantar los brazos por sobre la cabeza, no agachar la cabeza, el sable llega hasta la espalda, y sale por el centro. El sable no debe caérsenos, nosotros guiamos el sable, no al revés. Luego, si uno practica con un compañero, la cosa es aún más compleja: deben igualarse las velocidades, el más lento tratar de alcanzar al más rápido, el más rápido acomodarse al más lento; la vista en el compañero, esto nos indicará cuando atacar. Si el ataque es avanzando, uno no debe hacerlo con mucho ímpetu (error que yo siempre cometo) sino solo lo justo y necesario para llegar hasta él: la punta del sable basta (adelantarse por demás equivale a clavarse uno mismo el sable del oponente). El ataque debe ser siempre por el centro. Si ambos atacan al unísono cortando por su centro, los sables debieran encontrarse en el mismo. Si doy tantos detalles -y otros tantos más podrían agregarse- es porque importa al punto que quiero marcar. Es frecuente en las prácticas conjuntas los siguientes errores (hablo desde mi experiencia): que uno busque el sable, no cortar el centro; que no haya armonía en los ataques, y estos estén a destiempo; que en una serie de diez ataques, hagas tres medianamente correctos y el resto rematadamente mal; como dije antes, si avanzas, te clavás el sable del oponente por atolondrado; que te automatices y no escuches las ordenanzas del sensei (juego que no por conocido deja de ser interesante, porque siempre pisamos el palito) que, aún sabiéndolo y aún intentándolo, no levantes los brazos y agaches la cabeza, o que el sable se te caiga, o salga ladeado, o corto, o con los brazos arremangados, o con… creo que se entiende el punto.
Ahora bien, hacer un suburi técnicamente correcto es muy difícil; hacerlo en conjunto con un compañero es aún más difícil. Hacer un suburi es muy complicado y aún si lo hacés bien, puede que tu compañero no. Si los dos lo hacen bien, los sables se encuentran en el centro. Si uno o los dos hace/n las cosas mal, puede que los sables se encuentren o no en el centro, pero el sabor de boca que te deja es distinto: uno sabe que se está haciendo las cosas mal. Mi punto es este: en la vida, como en el aikido, hacer las cosas bien conlleva una gran cantidad de esfuerzo; encontrar la forma correcta de hacer las cosas uno mismo es tarea de toda una vida, hacerlas en comunión con otras personas es tarea infinita: uno puede incluso hacer las cosas bien pero si tu compañero no te acompaña o hace las cosas “bien” de una forma distinta a la tuya, bueno…
Y a diferencia del aikido, en la vida no hay un sensei que nos diga como “vivir bien”. Como cantaba la negra Sosa, “no hay escuela que enseñe a vivir”.
Pero esto es solo una opinión.
Kanpai!