viernes, julio 29, 2011

VIAJE A CANADA


Amigos y seguidores de Unión La Plata Dojo.

Como ya sabrán, formamos parte de la asociación AIKIDO UNION ARGENTINA, que nos representa a nivel nacional como escuela de Aikido.

A raíz de esto y de la buena relación que ha mantenido nuestro Sensei y director Daniel Picciola con la Aikikai, Kazuo Igarashi Shihan nos ha invitado a participar a todos los miembros de AIKIDO UNION ARGENTINA de un seminario que dictará en Calgary, Canadá.

Este viaje se viene planeando desde mayo y serán 3 los seitos más Sensei de ULPD que irán en representación de la escuela:

Daniel Picciola Dojo-Cho
Juan Pablo Fava 2 kyu
Nahuel Lombardi 3 kyu
Alvaro Lara 7 kyu

Esperamos que esta experiencia nos enriquezca a todos.

miércoles, julio 20, 2011

Aikido 8 años


Al día de hoy (20/07/2011), día del amigo, llevo ocho años y cinco meses de práctica constante e ininterrumpida, y siento que esto recién empieza, cada martes, jueves o sábado que pasa estoy descubriendo cosas nuevas, creo que esto es AIKIDO, todos los días hay algo nuevo que aprender.
Cuando empecé a practicar, el dojo de ese momento era un lugar en planta alta, al que se accedía por una escalera caracol, que crujía con cada paso… un lugar pequeño pero acogedor, tanto que no me importaba practicar y sentir que no podía realizar una sola de las técnicas que nos mostraba nuestro sensei, Daniel Picciola, así es este arte, o por lo menos lo fue para mi… los primeros meses de practica te sentís como si nunca hubieras ejercitado tu cuerpo, crees que sos un inútil, una persona que no podes coordinar movimientos de piernas y brazos a la vez, llegas a un punto de inflexión en el que la decisión a tomar es dejar o continuar con la practica. Obviamente al estar leyendo esta reseña se darán cuenta de cual fue mi decisión.
Es muy difícil hacer comparaciones entre el Aikido y cualquier otra disciplina,… cuando alguien te pregunta qué haces y le contas, enseguida te dicen, y cómo es?, a que se parece? al karate, al taekwondo, al judo??, y la verdad, nunca he practicado otra disciplina marcial, pero a simple vista las diferencias son enormes, no se parece a ninguna de esas,... entonces creo que lo difícil es encontrar similitudes con otras disciplinas, y con la única que lo puedo hacer es con el Rugby, increíble deporte que practique durante 15 años, y que obviamente no es una disciplina marcial, pero con la cual encuentro un montón de similitudes. Y porque digo que lo puedo hacer, porque en Rugby al igual que en Aikido uno aprende a forjar el espíritu, la mente y el cuerpo, consecuencia intrínseca de ambas. Uno es un deporte grupal, y el otro se practica individualmente pero es necesario de un grupo, de otras personas que te presten su cuerpo para poder aplicar una técnica. Hablo de grupo y no de equipo, porque un grupo se define básicamente por la existencia entre sus integrantes de un plus, que es la relación interpersonal que se genera, llamada amistad.. En Rugby y en Aikido la solidaridad entre los compañeros es fundamental, en el primero tenes que estar siempre atento al jugador que lleva la pelota, apoyándolo, brindándole una opción de juego por si se le cierran los espacios, o sea bancandolo en cada situación del juego, lo mismo que en Aikido que tenes que estar siempre atento y listo para que el nague pueda desarrolar y aplicar su técnica. En ambos hay que brindarse por completo durante la practica, no se puede practicar a media maquina porque seguramente termines lastimado. Otra similitud es el respeto hacia el oponente, es un principio fundamental, realizar un tackle en Rugby o una técnica en Aikido, es lo mismo en cuanto al respeto, debo hacerlo aplicando toda la fuerza pero sin intención de lastimar. En definitiva creo que estas dos disciplinas tienen mucho en común, por eso cuando alguien me pregunta por Aikido yo les digo que es muy parecido al Rugby, mucho golpe pero con el mayor de los respetos, jajaja…..
Para practicar Aikido no existen las limitaciones físicas, uno puede estar cansado, dolorido y con pocas ganas de cualquier cosa, pero cuando entras al dojo, te descalzas y te paras en el tatami, y empezas a caer, se te acomodan todos los huesos y como por arte de magia desaparecen los dolores y el cansancio, y una vez que se termina la práctica te sentís renovado, como si recién arrancaras el día, virtud exclusiva del Aikido.
Ocho años, parece un montón de tiempo, pero en Aikido recién es el comienzo. Durante este tiempo el aprendizaje ha sido mucho, pero desde mi punto de vista es un tiempo básico para poder empezar a practicar. Cuando un nuevo compañero comienza a practicar y me pregunta sobre como se hace esto, para que es aquello, de que sirve tomarlo de esa forma, etc.. con esa ansiedad increíble por aprender, que es por la que todos pasamos al principio, le digo que lo poco que se, lo he incorporado durante todo ese tiempo que llevo practicando, y no lo hago para desalentarlo, simplemente para hacerles saber que la paciencia y la constancia son dos principios básicos del Aikido.
Hoy en día estamos practicando en un dojo que es un lujo, gracias al esfuerzo de muchos de mis compañeros. Un lugar muy espacioso, y agradable, ideal para la practica, así que aprovecho este espacio para recomendarles a todos aquellos que están queriendo practicar algo y no saben que… no lo piensen más Aikido es lo máximo y es para todos.!!!
También aprovecho para saludar a mis compañeros, feliz día para todos!!!


Jeronimo Ponce Figliozzi
1er. Kyu


lunes, julio 18, 2011

Aikido por Raúl de María

Hace unos años, allá por 1997, me choque con algo nuevo. Digo choque porque venia de hacer taekwondo y un poco de kickboxing, bastante cansado de algo que se había tornado monótono de entrenar, y paseando por cuanto gimnasio encontraba me tope con un dojo de Aikido, algo de lo cual no conocía absolutamente nada
y la primer clase me enamoró. Fue descubrir un mundo completamente nuevo, donde cada acción, siempre, tenia una razón. En aikido nada es por que si, y eso creo, es lo que me fascina.
Como soy bastante fiaca, me gusto de entrada eso de pensar la técnica primero y hacerla después, así me muevo menos. Con el tiempo, vas entendiendo (en una ínfima parte) de que va el asunto y empezas a pensar en ángulos, direcciones, variaciones, posibles salidas ante algo que fallo, etc, y la evolución se va viendo en la dinámica de la practica.
Podes tener clases buenas y clases malas, pero siempre salís del dojo con la sensación de haber aprendido algo. Otra cosa que aprendí es que todos mostramos quienes somos practicando Aikido. Los vuelteros en la vida se sienten mas cómodos a puro ura, los frontales te estampan el irimi, los indecisos firuletean todo el tiempo y los mala leche saltan a la vista en segundos.
Por ultimo, pero para nada menos importante, Aikido es una forma de vida, sin darnos cuenta vamos sumando preceptos, otras formas de ver las cosas y a veces, en esos raros dias que nos levantamos mucho mejor de lo habitual, podemos sentir la bendita armonía con el universo y esta más que claro que se debe a la practica misma, pues jamas he visto a Sensei levitar (aunque si vi volar lejos a mas de un uke).

Saludos y buena practica para todos.

Raúl de María (2do Kyu)

martes, julio 05, 2011

Irimi, miedo, awase

Hace un tiempo, sensei hablo del irimi, de su importancia y de lo relacionado que estaba con el awase. Hace tiempo, yo pensé sobre el irimi, de su importancia y de lo relacionado que estaba con el awase, (obviamente pensé primariamente en las ideas expuestas por sensei). Si bien nunca tuve ideas demasiado originales, he tenido ideas que me han llevado a un montón de cosas, porque al fin y al cabo eso son las ideas. Las ideas generan más ideas, y otras ideas le dan un entusiasmo al corazón y al espíritu que quiere realizarlas, obviamente no todas las ideas son posibles, de hecho si lo fueran el mundo sería una gran hecatombe. Y es una idea, un pensamiento, o quizás una opinión lo que quiero comentar con este texto.


Para empezar, imagino una situación, bastante común en la práctica: gyaku-hanmi no kamae, shomen-uchi, irimi-nage. Siempre la palabra irimi-nage me sonó muy parecido a inminente, a pesar de que en realidad no tienen nada parecido, quizás es en mi cabeza donde le veo cierta relación, cierta unión. Cuando nage recurre al ikkyo-undo para defenderse o bloquear el shomen-uchi, lo que hace realmente es unirse con uke, pasa a formar parte de la corriente del ataque, su brazo extendido, no pierde contacto con el brazo del compañero y es gracias a esa unión que logra realizar una buena técnica. Obviamente todos estamos aprendiendo, nunca se termina de aprender, y eso es una de las cosas buenas que tiene el aikido; por más que seas 8vo dan como el oso de Seagal, siempre podés saber más. Pero no es suficiente con avanzar un poquito, tan poco es cuestión de terminar estampado en el pecho del atacante, y esa es la gracia del irimi; porque el irimi como bien dijo sensei, es “entrar para vivir o entrar para morir, pero entrar”, no importa que tanto miedo te pueda dar acercarte rápidamente a un ataque de puño, o que tengas miedo de frenar un boken con los dientes (o la típica de bloquear un men-uchi con un shodan gaeshi y poner los dedos entre ambos sho). El miedo no es algo por lo cual frenarse, es más, creo que sin miedo no hay nadie que haga algo, porque el miedo, al igual que todo, es una idea, una idea que genera otra idea, y la idea de que se puede generar esa unión que reside en el aikido, ya sea entrando para morir, ya sea entrando para vivir, o por qué no también, retrocediendo y absorbiendo lo que uke nos ofrece, porque a pesar de lo que pueda parecer, absorber también es entrar, porque como bien escuche una vez : “Aikido es en realidad un desplazamiento hacia adelante aunque a veces nos pueda parecer que retrocedemos”.


Lautaro Delgadillo (21)


3er kyu